Barrilito y Nepotismo

La comunicadora Alicia Ortega denunció la semana pasada, en su programa “el Informe”, que la mayoría de los senadores utilizan los fondos del denominado “Barrilito” para emplear a sus familias y allegados, lo que constituye una práctica de nepotismo, sancionada en nuestro ordenamiento jurídico tanto en la Constitución vigente (articulo 102), como en la Ley 41-08 sobre la Función Publica (articulo 80), aunque el director de la Dirección Nacional de Persecución de la Corrupción Administrativa (DPCA), Hotoniel Bonilla, ha señalado que está imposibilitado de actuar ante los reclamos de la ciudadanía, porque las leyes “no tipifican el nepotismo como delito”.

Ante la grave denuncia, el presidente del Senado Reynaldo Pared Pérez calificó como inaceptable el hecho y dijo haber impartido instrucciones para que sean cancelados aquellos familiares de legisladores que se compruebe están en la nómina la Cámara Alta, lo que ha provocado la reacción de varios senadores, argumentando que se trata de personas de sus confianzas que tienen derecha a “trabajar”.

El denominado “barrilito” constituye uno de los privilegios más descarados y desvergonzantes que se han ingeniado nuestros senadores para apropiarse del dinero del erario, situación que ha sido ampliamente cuestionada por amplios sectores de la sociedad, sin embargo nuestros legisladores siguen haciendo uso de esos recursos, por lo que el nombramiento de familiares y relacionados, no es más que una de las formas en que se dilapidan esos fondos para favorecer el afianzamiento clientelista de esos “privilegiados servidores públicos”.

En ese congreso nuestro suceden cosas extrañas que nadie la vez, o que simplemente no quieren ver. Estas cosas sólo aparecen cuando una denuncia periodística la saca a la opinión pública. Recordemos los casos del senador Alejandro William de San Pedro de Macorís, que vivía en Nueva York por más de 2 años y sólo se inició una investigación cuando una comunicadora lo hizo público. Lo mismo puede decirse del diputado Radhames Fermín que lleva varios años cobrando sin asistir a las sesiones de la Cámara de Diputados, sin que nadie en ese organismo se enterara, hasta que Nuria Piera lo denunciara en su programa.

Lo del nepotismo con los fondos del “barrilito”, que nadie lo dudes, pues al ponerle millones de pesos en las manos a los senadores para que los usen a su discreción, era previsible lo que iba a ocurrir. Para acabar con ese despilfarro, lo que hay que hacer es eliminar ese bochornoso y descarado métodos de financiar el clientelismos. Sobre este tema el 25 de abril del 2007 escribí, en periódico El Nuevo Diario Digital, un artículo titulado Las ONg y el barrilito:dos manera de dilapidar los fondos publicos , a propósito de los debates suscitados en el momento en que se inició con ese descarado financiamiento.

Es lamentable que en un momento en que nuestro congreso se aboca a entregar una nueva Constitucion al país, la moral de nuestros congresistas se encuentre empañada por acciones como las denunciadas.