viernes, 31 de enero de 2014

Las heridas que causamos a los demas pueden enmendarse con una excusa, pero las cicatrices quedan

En día pasados recibí un mensaje por correo que trataré de de recordar y resumir para compartir con mis apreciados seguidores: Se trata de un padre que se reúne con su hijo para instruirle del daño que pueden causar las heridas que se le causan a los demás. El padre toma como ejemplo la puerta de madera de la entrada de la casa. A la pregunta de cómo se ve, el niño le responde que bien y muy bonita. El padre le sugiere tomar un martillo y 12 clavos y clavarlos en la madera de la puerta. El niño clava los clavos y el padre le pregunta, cómo se ve ahora. Muy mal le responde el hijo. Así son las heridas que les causamos a las personas.
Luego el padre le pide al niño sacar los clavos de la madera y este accede. Al concluir el niño le dice a su padre, pero ya no sirve, ha quedado con los hoyos de los clavos, a los que padre le responde, así son las heridas que les causamos a los demás, puedes enmendarlas con una exscusa, pero las cicatrices quedan para siempre, por eso te sugiero evitar causar heridas y ofensas a los demás, porque las mismas pueden causar daños imposibles de enmendar, como ocurrió con la puerta. ¿ QUE LES PARECES?

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