lunes, 20 de julio de 2009

Mujeres de Altamira obtienen su primer empleo a los 75 años




Cuando la Fundación de Desarrollo Loma y Salud, Inc. (FUNDELOSA) inició la realización de un diagnóstico comunitario en la Cuenca Media y Alta del río Bajabonico que les permitía la elaboración de propuestas productivas de desarrollo desde las propias comunidades, no se imaginó el conjunto de riquezas y diversidad cultural que contenía dicha zona.

Dentro de la iniciativa propuesta e iniciada fue el procesamiento y diversificación del cacao, lo que dio origen a Chocolate de la Cuenca de Altamira (CHOCAL), una empresa asociativa, integrada por 30 mujeres rurales ligadas a la producción del cacao, así como aquellas que de una forma u otra le recolectaban y procesaban para el consumo o sustento familiar.

Treinta (30) mujeres, madres de familia, madres solteras, viudas, ama de casa, mujeres con limitaciones físicas por el paso del tiempo y la inclemencia social, campesinas, mujeres rurales exhibiendo con alegría y honra ser dueñas de una micro empresa dedicada al procesamiento del cacao, que en parte ellas mismas producen.

Chocolate de la Cuenca de Altamira (CHOCAL) ubicada en la sección de Palmar Grande una comunidad rural localizada en la Cuenca Media del río Bajabonico, no solo es integrada por mujeres sino que Asunción Ramírez (CHIRE) con 78 años de edad, con limitaciones auditivas y Ana Severino con 76 años de edad celebraron su natalicio justo cuando accesaban a su primer empleo productivo.

El grupo de mujeres que integran a CHOCAL tienen edades desde 21 años hasta 78 años incluyen mujeres con limitaciones físicas, madres cabeza de familias con hijo que tienen impedimentos físicos, viudas, entre otros, una expresión, un esfuerzo de inclusión total, de cooperación, de solidaridad.

Entrevista a las mujeres de CHOCAL

Llegamos a la planta de procesamiento de Chocolate de la Cuenca de Altamira (CHOCAL) y en plena faena les abordamos.

- Buenos días doña Chire, ¿cómo está usted?, ella continuó trabajando, pareció no escucharme y fue cuando sus compañeras me dijeron háblele fuerte que ella oye poco, repetí el saludo y con una sonrisa a flor de labio me respondió estoy bien, contenta y dándole gracias a Dios que me permite trabajar.
- ¿Desde cuando labora en CHOCAL?, Desde que se inició el año pasado.
- ¿De quién es esta empresa?, Es de nosotras las mujeres y de FUNDELOSA que es quien nos está apoyando.
- ¿Usted había trabajado antes?, Desde la edad de los 10 años ayudando a mi papá, luego a mi compañero y criando a mis hijos. Pero ahí no recibía ningún pago, es ahora por primera vez que yo llevo algo a mi casa, por lo que hago por mi trabajo, me caen muy bien ya mi compañero falleció y mis hijos son muy pobres, ya no soy una carga para ellos, yo me mantengo, o por lo menos me sirven para comprar mi pastillas y las cosas que me apetecen.
- ¿Usted sabía hacer chocolate?, Si, si, hacíamos bola de cacao para hacer chocolate para la familia, con eso nos alimentábamos durante el año, el chocolate puro es una bebida saludable.
- ¿Hasta cuando va a estar trabajando en CHOCAL?, Hasta que Dios nos dé vida y salud y las mujeres y FUNDELOSA lo permitan, me siento con muchos ánimos y deseo de trabajar, mi único problema es que no oigo mucho.
- Doña Chire, un mensaje a los jóvenes. Que se alejen de los vicios, que apoyen los trabajos que da CHOCAL a las mujeres, que se organicen, capaciten, que aprovechen las oportunidades que se nos brindan.

Me acerqué a Ana Severino una mujer de 76 años que labora en CHOCAL y le preguntamos.

- Doña Ana, ¿Se siente en salud?, Bien gracias a Dios, yo solo sufro del corazón y con dos pastillas que me tomo en la mañana no tengo problemas, por la noche me duelen los huesos, la coyuntura, pero desde que calienta el día se me quita.
- Doña Ana, ¿Usted había trabajado antes?, no, solo atendiendo la casa y mi familia.
- ¿Con quien usted vive?, Vivo con tres (3) nietos.
- ¿Cómo usted se sostiene? Un hijo que es pensionado me ayuda y ahora con lo que yo gano en la fábrica de chocolate.
- ¿Había estado organizada en grupos o instituciones?, No. Siempre e sido ama de casa. Ahora estoy en CHOCAL, nos reunimos, discutimos lo que hacemos, cada una de nosotras lleva una opinión, asisto a los cursos y reuniones que hacen las mujeres de Santiago (Coordinadora de Mujeres del Cibao) donde nos enseñan cuales son nuestros derechos y como debemos ayudarnos las mujeres una a otra, lo que estoy viviendo me parece un sueño, nunca pensé que a mí edad me iba a sentir dueña de una empresa, por eso la quiero, cuido y defiendo como una hija.
- Nuestro grupo viene reuniéndose con otras mujeres que hacen otras cosas aquí en el campo, estamos poniéndonos de acuerdo para hacer un grupo grande junta (Red de Mujeres Rurales para la Autogestión, REMURA).
- ¿Usted recibe pago por su trabajo? Claro que si, ¿Cuánto? Sonrío y nos dijo “los que me dan me sirve para comprar mi pastilla y comprar algo que me gusta. Ya no tengo que esperar que los hijos y nietos me la den, ya no soy una carga para ellos.

Compartimos y conversamos con las mujeres de CHOCAL quienes en plena faena en la fabricación de chocolate lucían muy animadas y entusiasmadas, dispuestas a aprovechar la oportunidad que se le presenta, a la vez que hicieron un llamado a las mujeres rurales a organizarse, a integrarse a algunos de los grupos productivos, a fortalecer a REMURA, a capacitarse en los cursos que tiene ofreciendo el Centro Tecnológico Agroambiental, CETEA, en coordinación con la Fundación de Desarrollo Loma y Salud, Inc. (FUNDELOSA), con el apoyo de la Misión Taiwán/PROMIPYME, el INFOTEP y el Departamento de Trabajo con Mujeres de la Secretaría de Estado Agricultura.

Las mujeres de la Cuenca de Altamira no solo producen chocolate sino: vino de cacao, y frutas, mermelada del cacao y frutales, dulces, repostería y pastelería y otras actividades en la cadena agroalimentaria, así como en la manufactura en general, un proceso integral de desarrollar micro empresa rural que sirvan de soporte al agro ecoturismo que se extiende a lo largo de la cuenca media y alta del río Bajabonico.

Chocolate de la Cuenca de Altamira un ejemplo a imitar, una iniciativa que merece ser replicada, un modelo de empresa solidaria, una referencia de lo que es capaz la mujer cuando se organiza y se empoderar de su derechos.

Las mujeres organizadas en REMURA, señalaron que este proceso de cambio en comunidades rurales de Altamira se tiene produciendo sin que las autoridades municipales y provinciales se interesen.
Una colaboración de Manuel Mención para Ritmo Social

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