domingo, 27 de julio de 2014

Felicidades papas

FELICIDADES A TODOS LOS PADRES. El momento que vivimos nos demanda actuaciones responsables a todos los padres. Un abrazo y mi cariño en este día. Que lo disfruten junto a sus hijos y familia.

viernes, 25 de julio de 2014

Este es el reglamento de la Ley 169-14 que ha desatado la furia de los "nacionalistas"




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A continuación el texto:
CONSIDERANDO: Que la Ley Nº.169-14 del 23 de mayo de 2014, la cual establece un régimen especial para personas nacidas en el territorio nacional inscritas irregularmente en el registro civil dominicano y sobre naturalización, dispone en su artículo 12 que el Poder Ejecutivo dictará el reglamento de aplicación de lo dispuesto en los Capítulos II y III de dicha ley en un plazo no mayor de sesenta (60) días a partir de la fecha de su promulgación;
CONSIDERANDO: Que el Capítulo II de la referida Ley establece las condiciones para el registro en el libro de extranjeros contemplado en la Ley General de Migración Ley Nº.285-04 de los hijos de extranjeros nacidos en la República Dominicana, así como lo relativo a su regularización migratoria a través del Plan Nacional de Regularización de extranjeros en condición migratoria irregular de la República Dominicana;
CONSIDERANDO: Que por su parte el Capítulo III de la Ley Nº.169-14, dispone que los hijos de extranjeros nacidos en la República Dominicana, regularizados de conformidad a lo dispuesto en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en situación migratoria irregular, podrán optar por la naturalización ordinaria establecida en la ley que rige la materia una vez hayan transcurrido dos (2) años de la obtención de una de las categorías migratorias establecidas en la Ley General de Migración Ley Nº.285-04, siempre que acrediten mediante certificación la inexistencia de antecedentes penales;
CONSIDERANDO: Que en virtud de lo expuesto en los Considerandos anteriores, el Poder Ejecutivo debe reglamentar la aplicación de las disposiciones contenidas en los referidos Capítulos II y III de la misma, estableciendo la estructura administrativa y los procedimientos que hagan efectiva dicha aplicación;
CONSIDERANDO: Que es de interés nacional que la Ley Nº.169-14 sea implementada de manera estricta, objetiva y eficaz para que los beneficiarios puedan acogerse a ella, pero a la vez con los controles necesarios para evitar que quienes no cumplen con las condiciones estipuladas por ella no abusen de la misma ni reciban un beneficio que no les pertenece;
CONSIDERANDO: Que el Gobierno dominicano, avalado por el amplio consenso político y social que ha generado la Ley Nº.169-14, tiene la voluntad de actuar con diligencia, pero a la vez con estricto apego al ordenamiento constitucional y legal del país, en la implementación de todo cuanto la ley pone bajo su responsabilidad;
CONSIDERANDO: Que el Estado Dominicano, en virtud de la Ley Nº.169-14 y este reglamento cuenta con los instrumentos normativas necesarios para dar una solución legal a la situación de las personas nacidas en territorio nacional de padres extranjeros en situación irregular y que no fueron inscritas en el Registro Civil.
VISTA: la Constitución de la República Dominicana proclamada el 26 de enero del año 2010, publicada en la Gaceta Oficial No. 10561;
VISTA: la Ley Nº. 169-14, del 23 de mayo de 2014, que establece un régimen especial para personas nacidas en el territorio nacional inscritas irregularmente en el registro civil dominicano y sobre naturalización, publicada en la Gaceta Oficial No. 10756;
VISTA: la Ley Nº. 107-13, del 8 de agosto de 2013, sobre los derechos de las personas en sus relaciones con la administración y de procedimiento administrativo publicada en la Gaceta Oficial No. 10722;
VISTA: La Ley Nº. 285-04 General de Migración, del 15 de agosto del 2004, publicada en la Gaceta Oficial No. 10292;
VISTA: la Ley Nº. 200-04, General de Libre Acceso a la Información Pública, del 28 de julio del año 2004, publicada en la Gaceta Oficial No 10290 ;
VISTO: el Decreto 327-13, del 27 de noviembre de 2013, mediante el cual se instituye el Plan Nacional de Regularización de extranjeros en condición migratoria irregular de la República Dominicana, publicado en la Gaceta Oficial No. 10737;
En ejercicio de las atribuciones que me confiere el Artículo 128 de la Constitución de la República, dicto el siguiente
D E C R E T O:
Reglamento de aplicación de la Ley Nº. 169-14.
CAPITULO I
OBJETO Y PRINCIPIOS DE APLICACIÓN
Artículo 1.- Objeto. Este reglamento tiene por objeto la ejecución de lo dispuesto en el artículo 12 de la Ley Nº. 169-14, a fin de viabilizar lo relativo al registro y regularización migratoria de los hijos de padres extranjeros en situación migratoria irregular que habiendo nacido en territorio de la República Dominicana no figuran inscritos en los libros del Registro Civil dominicano.
Artículo 2.- Principios de aplicación. Las autoridades responsables de la aplicación de este Reglamento actuarán en base a los principios de legalidad, objetividad, motivación, eficacia, celeridad, racionalidad, relevancia, asesoramiento y facilitación, a fin de hacer efectiva y expedita la aplicación de las disposiciones contenidas en la Ley Nº. 169-14 y este Reglamento.
Artículo 3.- Plazo para acogerse.- Las personas sujetas al ámbito de aplicación de este reglamento para acogerse a los beneficios de lo dispuesto en los Capítulos II y III de la Ley Nº. 169-14, deberán radicar su solicitud dentro de los noventa (90) días de la entrada en vigencia del presente reglamento.  La declaración de interés conlleva automáticamente la solicitud de regularización migratoria en caso de que la misma sea acogida por el Ministerio de Interior y Policía.
Artículo 4.- Gratuidad.  En conformidad con lo dispuesto en el artículo 13, de la Ley Nº. 169-14,  todas las gestiones y procedimientos relativos a la inscripción, regularización migratoria y naturalización están exentos de todo tipo de tasa o carga tributaria alguna a cargo de los solicitantes.
CAPITULO II
AUTORIDADES DE APLICACIÓN DE LA LEY
Artículo 5.- Órgano responsable. El órgano responsable de la implementación del presente Reglamento lo será el Ministerio de Interior y Policía.
Artículo 6.- Unidad de aplicación. Se crea, con carácter transitorio, bajo la dependencia directa del Ministro de Interior y Policía, la “Unidad Ejecutora de la Ley Nº. 169-14” (en lo adelante, la Unidad), la que estará bajo la responsabilidad de un Director Ejecutivo que dicho Ministro designará.
Párrafo.-  A fin de implementar el régimen establecido en los Capítulos II y III de la Ley Nº. 169-14, el Ministerio de Interior y Policía podrá habilitar oficinas en el territorio nacional.
Artículo 7.- Funciones de la Unidad.  La Unidad tendrá a su cargo las siguientes funciones:
a. Recibir las solicitudes de los posibles beneficiarios de lo dispuesto en los Capítulos II y III de la Ley Nº. 169-14;
b. Orientar y auxiliar a los interesados en la elaboración de solicitudes de inscripción;
c. Realizar los trámites necesarios para entregar la información solicitada;
e. Efectuar las notificaciones a los solicitantes;
d. Proponer al Ministro de Interior y Policía los procedimientos internos que pudieran asegurar una mayor eficiencia en la gestión de las solicitudes;
g. Llevar un archivo de las solicitudes de registro;
h. Diseñar los formularios y demás documentos que resulten necesarios para el cumplimiento de sus funciones, en especial, modelos estandarizados de recurso de reconsideración y jerárquicos para los casos de rechazo de solicitud;
i. Conocer de los recursos de reconsideración que se interpongan contra las decisiones que rechacen las solicitudes de inscripción;
j. Remitir, al Ministro de Interior y Policía, el expediente administrativo que sea objeto de un recurso jerárquico; y
k. Realizar las demás tareas necesarias que aseguren una mayor eficiencia en su misión y la mejor comunicación con los particulares; y
l. Tramitar como núcleo familiar aquellas solicitudes que comprendan más de una persona interesada en el seno de una misma familia.
m. Elaborar al final de su gestión estadísticas y balances de gestión de su área.
CAPITULO III
PROCEDIMIENTO DE SOLICITUD
Artículo 8.- Solicitud. Las personas sujetas al ámbito de aplicación de la Ley Nº. 169-14, que se encuentren interesadas en el beneficio que concede la misma,  deberán acudir personalmente por ante las oficinas que a tales fines habilite el Ministerio de Interior y Policía a los fines de radicar su solicitud.
Párrafo.-  Si el interesado es menor de edad, la solicitud deberá ser formulada por uno de sus padres y a falta de éstos por quien tenga la custodia legal.
Artículo 9.- Registro biométrico. Al momento de radicar una solicitud se aportarán los datos biométricos al Ministerio de Interior y Policía.
Artículo 10.- Prueba del nacimiento. Las personas sujetas al ámbito de aplicación de los Capítulos II y III de la Ley Nº. 169-14, deberán aportar las pruebas que permitan establecer fehacientemente el hecho de su nacimiento en el territorio nacional de la República Dominicana.
Artículo 11.- Medios de prueba. El nacimiento en el territorio nacional de la persona comprendida en el ámbito de aplicación de la presente ley se podrá acreditar por los siguientes medios de prueba:
a)  Constancia de nacimiento o alumbramiento del futuro inscrito expedida por el médico, clínica, hospital público o privado, partera o alcalde pedáneo;
b)   Acto de notoriedad;
c)  Declaración jurada ante notario de sacerdote, pastor, maestro, médico, o alcalde de la localidad donde haya ocurrido el nacimiento en la que se declare conocer a la persona interesada de manera individual y exprese las condiciones y situaciones en las que supo del nacimiento de esta;
d)  Certificación de estudios en centros de educación inicial o básica en la República Dominicana y declaración del director o directora del centro de estudios donde dé fe de conocer al interesado; o
e)   Testimonio de familiares dominicanos en primer o segundo grado que posean documentación nacional dominicana.
Artículo 12.- Apreciación de las pruebas.  La unidad apreciará las pruebas y podrá requerir a los solicitantes información adicional sobre el hecho del nacimiento, así como su comparecencia personal en caso de ser necesario.
Artículo 13.- Decisión. Una vez completa la instrucción del procedimiento administrativo, la Unidad Ejecutora de la Ley Nº. 169-14, dispondrá de un plazo de treinta (30) días para decidir sobre la solicitud, ya sea aceptando o rechazando la misma.
Artículo 14.- Remisión al Registro Civil. Si la solicitud fuere acogida el Ministerio de Interior y Policía remitirá a la Junta Central Electoral, dentro de un plazo no mayor de treinta (30) días computados a partir de la decisión aprobatoria, el nombre y los datos biométricos del interesado a los fines de que la persona sea inscrita en el libro para extranjeros previsto en la Ley General de Migración 285-04.
Artículo 15.-  Obligación de motivación. En caso de que la solicitud sea rechazada por no haberse establecido el hecho del nacimiento en el territorio de la República Dominicana, la resolución administrativa en que conste tal rechazo deberá ser motivada e indicará los recursos administrativos con los que cuenta para la revisión de su caso y el plazo disponible a tales fines.
CAPITULO IV
REGULARIZACIÓN MIGRATORIA
Artículo 16.- Incorporación al Plan de Regularización. Una vez el Ministerio de Interior y Policía tenga constancia de la inscripción en el libro para extranjeros, procederá a adjudicar, sin necesidad de nuevo trámite administrativo alguno, una de las categorías migratorias establecidas en la ley que rige la materia, tal y como lo contempla el artículo 8 de la Ley Nº. 169-14.
CAPITULO V
RECURSOS ADMINISTRATIVOS
Artículo 17. Recursos administrativos. Las personas afectadas por el rechazo de una solicitud de inscripción tendrán derecho a interponer los recursos administrativos de reconsideración y jerárquico.
Artículo 18. Recurso de Reconsideración. El Recurso de Reconsideración deberá interponerse por escrito, por ante la misma autoridad administrativa que haya adoptado la decisión, en un plazo de quince (15) días francos contados a partir de la fecha de recepción de la notificación de dicha decisión. Este recurso podrá ser interpuesto directamente por el afectado o su representante legal. Transcurridos treinta (30) días sin que la autoridad responsable de conocer del recurso de reconsideración se haya pronunciado sobre el mismo, se considerará confirmada la decisión recurrida.
Artículo 19. El Recurso Jerárquico. El Recurso Jerárquico deberá ejercerse ante el Ministro de Interior y Policía, dentro de los quince (15) días francos contados a partir de la fecha de notificación de la resolución que resuelva el Recurso de Reconsideración o de la fecha en que se considere confirmada la decisión recurrida. El ministro de Interior  y Policía decidirá sobre el recurso en un plazo que no excederá de treinta (30) días.
CAPITULO VI
PROCEDIMIENTO NATURALIZACIÓN
Artículo 20.- Naturalización. Transcurridos dos (2) años de la obtención de una de las categorías migratorias establecidas en la ley que rige la materia,, las personas beneficiarias de lo dispuesto en el Capítulo II de la Ley Nº. 169-14, o su representante legal, podrán solicitar al Poder Ejecutivo, por conducto del Ministerio de Interior y Policía, la nacionalidad dominicana por naturalización, anexando a la solicitud los documentos exigidos por el Artículo 6, de la Ley Nº. 1683 sobre Naturalización, de fecha 16 de abril de 1948, modificada por la Ley Nº. 4063.
CAPITULO VII
DISPOSICIÓN FINAL
Artículo 21. Colaboración interinstitucional. El Ministro de Educación, el Ministro de Salud Pública y Asistencia Social y la Presidente del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (CONANI), brindarán toda la colaboración necesaria a los beneficiarios de la Ley Nº. 169-14, así como al Ministerio de Interior y Policía, en todo aquello que se refiera a constancia documental que pueda existir en sus archivos y que resulten de utilidad a los fines de acreditación del nacimiento y el arraigo en la sociedad dominicana.
DADO en Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, Capital de la República Dominicana, a los             (     ) días del mes de Julio del año dos mil catorce (2014); años 171 de la Independencia y 151 de la Restauración.
Dr. César Pina Toribio
Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo

lunes, 21 de julio de 2014

El río Bajabonico languidece. Quien podrá defenderlo?.

UN REQUIEN POR EL RÍO BAJABONICO. Así luce el caudal de lo que que fue una las fuentes de agua mas caudalosa y que proporcionara agua a mas de 10 municipios y distritos municipales de la zona norte de la provincia de Puerto Plata. Degradado por la extracción irresponsable de materiales, así como desforestacion en la cuenca alta y la tala de los arboles que cubrían sus riveras. Solo un milagro puede salvar este río. Todos unidos vamos a tratar de hacerlo. Pero eso si, cada uno tiene que cumplir su responsabilidad.

domingo, 20 de julio de 2014

Profesionales de ajabonico Arriba analizan los problemas de su comunidad








Profesionales de Bajabonico Arriba reunidos para buscar alternativas a los problemas de la comunidad. El mal estado de los caminos, la delincuencia, los embarazos en niñas y adolescentes, la sequía y falta de agua potable, el deterioro de de los recursos naturales, sobre todo la situación del Río Bajabonico, fueron temas de preocupación de los convocados por los lideres comunitarios Carilis Polanco, Diogenes Sencion y Hector Garcia entre otros. Unos 40 profesionales se dieron cita y crearon un comité de trabajo que buscara la integración de todos los profesionales de la zona, así como la elaboración de un plan de trabajo para enfrentar los temas. Para mi fue un alto honor tener la oportunidad de compartir con tantas personas valiosas. Al final de la actividad, por iniciativa nuestra, fueron plantada varias plantas de caobas a la orilla del río,como símbolo del compromiso asumido por los presentes para recuperar esa cuenca. Gracias a todos y todas por el buen trato.

viernes, 11 de julio de 2014

Gustavo le pone los puntos a la ies en dialogo RD-Haiti. Cita carta de Bosch.






Buenos días,
Su Excelencia Laurent Lamothe Primer Ministro,
Distinguidos ministros y secretarios de Estado,
Distinguidos representantes de organismos internacionales,
Distinguidos representantes del sector empresarial.
Distinguidos invitados especiales y miembros de la prensa,
Señoras y señores,
Nos complace estar aquí reunidos, en Juan Dolio, para continuar el diálogo binacional iniciado por nuestros presidentes, Danilo Medina y Michel Martelly, hace apenas siete meses. Recibimos con cordialidad a la delegación del Gobierno haitiano que nos visita en esta ocasión para participar en un nuevo encuentro.
Es preciso reconocer, una vez más, el trabajo del Primer Ministro Lamothe y de los ministros que lo acompañan. Sin su esfuerzo y dedicación, los avances históricos que ya hemos alcanzado no hubieran sido posibles.
El proceso de diálogo que hemos abierto entre nuestras dos repúblicas es la mejor aportación que podemos hacer, como Gobiernos, para asegurar que las necesidades comunes de nuestros pueblos prevalezcan y sean escuchadas.
Este es el reto que hemos asumido. Y, aunque sabemos que hay inercias del pasado y multitud de detalles técnicos por superar, no nos cabe duda de que continuaremos llevando a cabo este proceso de cooperación con éxito, para beneficio mutuo y permanente del pueblo dominicano y del pueblo haitiano.
Señoras y señores,
Desde que nuestros Presidentes se encontraron en Venezuela, el pasado  diciembre, se abrió entre nuestras naciones el camino de este diálogo histórico.  A lo largo de estos meses hemos establecido una comunicación fluida y hemos alcanzado ya importantes acuerdos, por medio de las reuniones sectoriales mantenidas entre los equipos técnicos y los ministros de ambos países.
En este momento, podemos decir con satisfacción que contamos ya con una nutrida agenda común que avanza a buen ritmo.
Amigas y amigos,
Un área clave  en la que hemos desarrollado importantes avances es la del comercio. No podemos olvidar que Haití es el segundo socio comercial de la República Dominicana; y que de este comercio dependen miles de puestos de empleo en ambos países.
Desde la declaración Conjunta de Juana Méndez, el pasado 7 de enero, reconocimos la importancia de normalizar los intercambios comerciales y de mantener un ambiente favorable al comercio y al desarrollo de las empresas, a ambos lados de la frontera.  
Guiados por esta nueva visión de las relaciones bilaterales, estamos comprometidos a avanzar hacia el intercambio permanente de información sobre nuestros regímenes nacionales de comercio, incluyendo la base legal, los procedimientos de importación, las medidas sanitarias y fitosanitarias, los requisitos medioambientales y las normas relacionadas con la inversión.
Porque es preciso que nuestros empresarios, abogados, servidores públicos e inversores privados conozcan las reglas de juego y puedan, así, participar en emprendimientos comerciales con la suficiente certeza y seguridad.
El gobierno dominicano se compromete a hacer todos los esfuerzos necesarios  para cooperar con la formalización del comercio entre República Dominicana y Haití.
Sin embargo, creemos que es de igual importancia que el gobierno haitiano se comprometa a eliminar de inmediato las actuales prohibiciones a la importación de productos provenientes de la República Dominicana. En las relaciones entre países amigos, las barreras físicas al comercio no deberían existir salvo por razones muy excepcionales, como la seguridad nacional. Las actuales prohibiciones discriminatorias solo han llevado a incrementar el comercio informal y a crear desventajas competitivas. Hay evidencias de que productos cuyo paso por la frontera está prohibido, están siendo, sin embargo, permitidos por los puertos haitianos. Entendemos que no hay razones para que el trato por la frontera sea distinto que el de los puertos marítimos.
De igual forma, debemos trabajar para una mayor armonización arancelaria de los impuestos aduanales en ambos países. O, al menos, para evitar diferencias demasiado grandes, que constituyan un fuerte estímulo al contrabando.
Con una frontera común, es muy difícil tener aranceles tan distantes para bienes similares, con 0% de un lado de la frontera, conviviendo con tasas de 20, 30 o hasta 40% del otro. En tal sentido, proponemos la creación de una mesa comercial en la que ambas naciones nos sentemos a tomar las medidas necesarias para lograr esta adecuación.
Nuestro objetivo es finalizar el encuentro de hoy con la firma de un amplio acuerdo en materia comercial que nos permita dar un importante impulso a nuestras relaciones comerciales.
Nos complace, además, contar nuevamente en esta reunión con representantes del sector privado de ambos países, que también han seguido avanzando en sus conversaciones en estos meses. Desde ambos gobiernos saludamos y apoyamos las iniciativas de trabajo conjunto que están llevando a cabo.
Amigas y amigos,
Otro campo de vital importancia para ambas naciones en el que hemos logrado importantes acuerdos es el de la seguridad pública.
Y me gustaría en este punto felicitar los esfuerzos realizados porque, de hecho, la colaboración establecida en estos meses ya está dando resultados concretos en la lucha contra el crimen organizado.
Por otra parte, no podemos permitir que el solo hecho de alcanzar la frontera logre la impunidad para los prófugos haitianos o los dominicanos. Es nuestro deber dotarnos de los instrumentos legales que sean necesarios para detener a los criminales a ambos lados de la frontera y entregarlos a las autoridades del país que los esté reclamando.
Por tanto, ambos países hemos expresado el interés de concretar un tratado de extradición. Esto es, establecer un mecanismo para que los criminales que han evadido su captura puedan ser perseguidos y sometidos a la acción de la justicia en ambos países.
De la misma forma, estamos buscando mecanismos que nos permitan comparar datos biométricos entre las autoridades de justicia y seguridad de ambos países, así como la revisión del actual Protocolo de Repatriaciones.
Señoras y señores,
No debemos dejar pasar esta oportunidad para informar sobre los avances alcanzados en un tema que anteriormente hemos abordado en esta mesa y sobre el que tenemos buenas noticias. Me refiero a la regulación de los flujos migratorios.
En primer lugar, debemos recordar que, tal como fue nuestro compromiso desde la primera reunión, la República Dominicana ha hecho un esfuerzo  sin precedentes por el ordenamiento y la debida documentación de toda la población que habita en nuestro territorio.
El gobierno dominicano ha actuado con decisión, con firmeza y al mismo tiempo buscando el  consenso en todas nuestras decisiones. Y esto nos ha permitido cumplir con los dos compromisos principales que realizó nuestro Presidente. Por una parte, poner en marcha el plan de regularización para personas en situación migratoria irregular y, por otra, ofrecer una solución humanitaria a las personas nacidas en la República Dominicana de padres extranjeros en situación irregular.
Paralelamente, avanzamos también en diferentes medidas para reforzar la seguridad en la frontera, entre las que se incluyen el despliegue de 900 efectivos militares más, y se adquirieron 50 motocicletas, 10 four-wheel, 20 camionetas y 3 camiones. Además, hemos puesto en marcha otros esfuerzos enfocados a combatir los abusos y la corrupción en el corredor fronterizo, que perjudican tanto al pueblo dominicano como al haitiano.
Señoras y señores,
El Gobierno de Danilo Medina se caracteriza por respaldar sus ideas con hechos concretos, más que con discursos inflamados. Y si hablamos de soberanía nacional, este conjunto de iniciativas para la identificación, regularización y ordenamiento migratorio constituyen, en la práctica, la mayor defensa de la soberanía dominicana que se haya llevado a cabo en toda nuestra historia.
Porque nada contribuye más a salvaguardar nuestra patria que el fortalecimiento de nuestras instituciones y nuestras leyes. Y ese ha sido nuestro objetivo desde el primer día. Hacer valer, de una vez por todas, la ley y el Estado de Derecho en el conjunto de nuestro territorio; de la misma manera que el gobierno haitiano tiene el derecho y el deber de preservarlos en el suyo.
En paralelo con estos avances, celebramos la iniciativa del gobierno de Haití, que ha iniciado un programa de documentación masiva, que incluye la dotación de pasaporte a sus nacionales.
En las reuniones mantenidas por nuestros equipos técnicos tuvimos ocasión de conocer en detalle ese plan de documentación y de establecer el apoyo que precisarán de nosotros en sus diferentes fases y que, por supuesto, estamos dispuestos a ofrecerles.
La idea es unir los esfuerzos con los de diferentes organizaciones religiosas, humanitarias y de base territorial, para llegar a las comunidades con mayor cantidad de nacionales haitianos en territorio dominicano y así dotarlos de la debida documentación.  
Este es un factor esencial para que todos los hombres y mujeres de Haití puedan disfrutar plenamente de los derechos que otorga la identidad jurídica, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Entendemos que la correcta documentación de los ciudadanos haitianos es un paso indispensable y complementario con el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en condición migratoria irregular, que iniciamos hace unas cinco semanas con gran entusiasmo y participación.
Tanto el Plan de Regularización, como la Ley Especial 169-14, cuyo reglamento está a punto de implementarse, muestran la seriedad y el compromiso del Gobierno Dominicano por ampliar la cobertura que el Estado de Derecho da a todas las personas que viven en nuestro territorio.
Por otra parte, ambos países estamos de acuerdo en tomar medidas conjuntas en torno al cruce de nuestras fronteras por parte de niños, niñas y adolescentes, para la mejor protección de los derechos de estos menores.
Amigos y amigas,
Para garantizar la continuidad de este proceso de diálogo, la República Dominicana desea reiterar su interés de que, en adelante, la Comisión Mixta Bilateral asuma el seguimiento de esa agenda y la impulse de manera sistemática.
Es nuestro deseo, y entendemos que también el de la República de Haití, que esta Comisión salga de aquí con el mandato político claro de hacer avanzar el proceso de diálogo.
Es del máximo interés para ambos países que la agenda priorizada que nos hemos trazado se implemente y siga dando resultados. Por lo tanto, considero que debemos comprometernos desde hoy a dotar a esta comisión de la capacidad de acción y decisión que necesita.
Y para que puedan cumplir con esa misión, en primer lugar consideramos que es fundamental contar con personal técnico permanente para estas funciones. Debe designarse un equipo profesionalizado y estable de funcionarios de ambos países, que asuman de forma permanente la operatividad de la Comisión y su funcionamiento.
Por otra parte, y para asegurar que logramos avances sustantivos, consideramos que los miembros que componen esta mesa de Alto Nivel deben continuar dando apoyo a la Comisión Mixta Bilateral, para impulsar la toma de decisiones allí donde los equipos técnicos puedan encontrar limitaciones.
En adelante, sugerimos que esta comisión establezca un cronograma para las reuniones técnicas, así como una metodología para la incorporación de nuevos temas a la agenda y para la evaluación de los acuerdos alcanzados. Estaremos siempre atentos a esa agenda y apoyando sus esfuerzos.
Amigas y amigos,
Cuando han pasado ya siete meses desde que, ante el escepticismo de muchos, nos sentamos por primera vez a esta mesa, no quiero concluir esta intervención sin hacer una breve reflexión sobre la trascendencia de estos encuentros y la importancia que tienen para ambas naciones que esta agenda de cooperación mutua continúe.
No creo estar exagerando si digo que en estos siete meses de conversaciones nuestras relaciones bilaterales han avanzado más que en los últimos 50 años.  Y, aunque nos alegra que este gran paso haya sido posible ahora, también nos entristece pensar en todo el tiempo perdido.
¿Cuánto más no se habrían beneficiado nuestros pueblos durante las últimas décadas si nuestras élites hubieran sido capaces de hablar en términos de buena vecindad en lugar de encender la llama del odio y el desprecio al otro?
¿Cuánto hubiéramos logrado desde el respeto y el diálogo que nunca hemos conseguido desde el orgullo vacío y la intolerancia?
Amigos y amigas,
Aquí no hay espacio para la ingenuidad. Sabemos muy bien que entre la República Dominicana y Haití existe una larga historia de desencuentros, malentendidos y querellas que han terminado creando, en cada uno de nuestros países, una imagen distorsionada del otro.
Estas imágenes distorsionadas y, por qué no decirlo, a menudo completamente falsas, han sido utilizadas frecuentemente y de forma deliberada por viejas élites que, a ambos lados de la frontera, han tenido intereses en la confrontación. Élites que siempre han temido que la colaboración y la solidaridad afectaran a sus privilegios y que, para impedirlo, han instrumentado los temores y los odios que nutren este desencuentro.
Esos viejos prejuicios constituyen una herencia que, lamentablemente, sigue ejerciendo poder sobre nosotros y nubla nuestra visión. Sin embargo, es hora de comprender que ese legado ya no nos pertenece y no debe lastrar nuestro presente por más tiempo.
Si mantenemos vivas esas disputas, corremos el riesgo de sacrificar los intereses reales de nuestros pueblos en el presente, por los agravios narrados en nuestros libros de historia.
Y no digo esto como una simple reflexión romántica, no se equivoquen. Lo digo desde el pragmatismo, porque es muy sencillo demostrar en términos económicos y sociales las consecuencias nefastas que han supuesto esos prejuicios.
La verdad objetiva es que la política de odio sembrada en el pasado ha tenido un costo elevadísimo para esta isla, a ambos lados de la frontera, tanto en términos humanos como materiales.
Es cierto, señoras y señores, nuestro pasado es importante, nuestros recuerdos son importantes y son una parte de nuestra identidad, pero no pueden ser toda nuestra identidad. No tienen por qué condicionar nuestro presente, ni nuestro futuro.
Nuestro futuro puede ser muy diferente, puede ser mucho mejor, y es nuestra responsabilidad que así sea. Pero para lograrlo debemos limpiar nuestra mirada de pasado y observarnos nuevamente desde la esperanza, desde la confianza y desde el respeto mutuo.
Ya lo dijo Nelson Mandela, cito: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen, o su religión. El odio se aprende. Y si son capaces de aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar.” Termina la cita.
Y ejemplos no faltan. En todo el mundo hay países que han sabido dejar atrás lo peor de su pasado, para centrarse en construir el futuro que quieren para sus hijos. El mejor ejemplo de eso es precisamente Sudáfrica.
Pero, ¿por dónde empezar? ¿Hacia dónde daremos ese primer paso que nos aparte de esos miedos y nos lleve en una nueva dirección?
Para hallar la respuesta, solo tenemos que mirar a lo que tenemos más cerca. A nuestros propios pueblos. A las necesidades que nuestra gente padece en su día a día y en las esperanzas que les mueven a seguir luchando.  
En ambas naciones hay millones de personas que quieren más desarrollo, más educación, más salud, más seguridad, mejores trabajos y más oportunidades.
A lo largo de cientos de kilómetros de frontera, nuestras naciones comparten las cuencas de varios ríos y un mismo ecosistema del que dependen nuestras cosechas. Intercambiando mercancías de un lado a otro de esta frontera hacemos crecer nuestras economías y creamos puestos de empleo.
Compartimos también los retos que nos plantean amenazas que no conocen de fronteras, como son los desastres naturales, las epidemias, o el crimen organizado.
Todas estas necesidades, estos retos y estas esperanzas constituyen, para nuestros Gobiernos,  un mandato ineludible de pasar a la acción.
Constituyen también la hoja de ruta de este diálogo histórico que hoy nos reúne aquí. Nuestros pueblos tienen tanta necesidad de cooperar entre sí, que en buena medida nuestra agenda ya está hecha. Nuestro trabajo es facilitar esta necesidad de cooperación, y es un trabajo que debemos tomarnos muy en serio.
Como habrán visto, en los últimos meses hemos logrado acuerdos significativos precisamente en todas estas áreas. Hablo de los acuerdos logrados en materia de agricultura, aduanas, salud, seguridad, protección del medioambiente, promoción del turismo y fomento del comercio.
De la misma forma, en el marco de este nuevo diálogo entre nuestros países hemos visto surgir otros acuerdos, como el firmado entre el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y la Oficina Nacional Haitiana de Aviación Civil, que se han comprometido a continuar mejorando la cooperación y la asistencia técnica relacionada con la coordinación para la provisión de Servicios de Tránsito Aéreo entre ambos Estados.
Poco a poco, los resultados empiezan a hablar por sí mismos y vamos sumando voluntades, abriendo espacios y cerrando heridas.
Y así continuaremos avanzando, hacia otra áreas de colaboración, como la justicia, el fomento a las Mipymes, el transporte, la seguridad alimentaria, la cultura, el deporte y el combate a la pobreza.
Creemos y defendemos una República Dominicana cada vez más fuerte, soberana e independiente, de la misma forma en que Haití defiende su fortaleza, independencia y soberanía. Ese es nuestro deseo. Dos naciones libres, capaces de dar respuesta a las necesidades de sus pueblos y de colaborar en buena vecindad.
Y en ese camino por el desarrollo y el fortalecimiento de las capacidades de cada una de nuestras naciones nos gustaría contar con la comunidad internacional. No para mediatizar nuestras relaciones, sino para apoyar con medidas concretas nuestro fortalecimiento institucional y reforzar nuestro desarrollo, nuestra independencia y  nuestras capacidades propias.
La República Dominicana cree profundamente en la solidaridad entre los países, especialmente cuando se expresa con acciones concretas y ayuda oportuna.
Instamos, por tanto, a los países desarrollados y organismos internacionales a que respalden sus declaraciones con acciones concretas en favor de nuestros esfuerzos por el desarrollo, con el mismo entusiasmo que han mostrado en sus pronunciamientos durante los últimos meses.
Amigas y amigos,
Comienza una nueva era en las relaciones dominico-haitianas. Una era de entendimiento y cooperación mutua, que traerá más bienestar y más progreso a ambas naciones. No les quepa duda.
Confiemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad para avanzar juntos por este camino. Ya hemos demostrado, en estos 7 meses, que somos capaces de superar grandes obstáculos. Y no olvidemos que, si bien es verdad que en nuestro pasado hay mucho que dejar atrás, también es cierto que hay en él muchas lecciones inspiradoras.
Ya en 1943, en un momento de dictaduras y exilio, el maestro Juan Bosch volvía la vista a la situación de estas dos naciones, en aquel momento enfrentadas, y encontraba motivos para la esperanza cuando escribía, cito:
"Nuestro deber es, ahora, luchar por la libertad de nuestro pueblo dominicano y luchar por la libertad del pueblo haitiano. Cuando de aquél y de este lado de la frontera, los hombres tengan casa, libros, medicinas, ropa, alimentos en abundancia; cuando seamos todos, haitianos y dominicanos, ricos y cultos y sanos, no habrá pugnas entre los hijos de Duarte y de Toussaint..." fin de la cita.
Amigos y amigas, no olvidemos las palabras del maestro Bosch y recordemos siempre que el odio es estéril, mientras que el amor y el respeto fructifican.
No olvidemos que los libros de historia que leerán nuestros hijos y nietos se escribirán con el fruto de nuestras acciones. Este es el momento de asegurarnos de que esas páginas nos llenarán de orgullo y alegría.
Muchas gracias
 Su Excelencia Laurent Lamothe Primer Ministro,
Distinguidos ministros y secretarios de Estado,
Distinguidos representantes de organismos internacionales,
Distinguidos representantes del sector empresarial.
Distinguidos invitados especiales y miembros de la prensa,
Señoras y señores,
Nos complace estar aquí reunidos, en Juan Dolio, para continuar el diálogo binacional iniciado por nuestros presidentes, Danilo Medina y Michel Martelly, hace apenas siete meses. Recibimos con cordialidad a la delegación del Gobierno haitiano que nos visita en esta ocasión para participar en un nuevo encuentro.
Es preciso reconocer, una vez más, el trabajo del Primer Ministro Lamothe y de los ministros que lo acompañan. Sin su esfuerzo y dedicación, los avances históricos que ya hemos alcanzado no hubieran sido posibles.
El proceso de diálogo que hemos abierto entre nuestras dos repúblicas es la mejor aportación que podemos hacer, como Gobiernos, para asegurar que las necesidades comunes de nuestros pueblos prevalezcan y sean escuchadas.
Este es el reto que hemos asumido. Y, aunque sabemos que hay inercias del pasado y multitud de detalles técnicos por superar, no nos cabe duda de que continuaremos llevando a cabo este proceso de cooperación con éxito, para beneficio mutuo y permanente del pueblo dominicano y del pueblo haitiano.
Señoras y señores,
Desde que nuestros Presidentes se encontraron en Venezuela, el pasado  diciembre, se abrió entre nuestras naciones el camino de este diálogo histórico.  A lo largo de estos meses hemos establecido una comunicación fluida y hemos alcanzado ya importantes acuerdos, por medio de las reuniones sectoriales mantenidas entre los equipos técnicos y los ministros de ambos países.
En este momento, podemos decir con satisfacción que contamos ya con una nutrida agenda común que avanza a buen ritmo.
Amigas y amigos,
Un área clave  en la que hemos desarrollado importantes avances es la del comercio. No podemos olvidar que Haití es el segundo socio comercial de la República Dominicana; y que de este comercio dependen miles de puestos de empleo en ambos países.
Desde la declaración Conjunta de Juana Méndez, el pasado 7 de enero, reconocimos la importancia de normalizar los intercambios comerciales y de mantener un ambiente favorable al comercio y al desarrollo de las empresas, a ambos lados de la frontera.  
Guiados por esta nueva visión de las relaciones bilaterales, estamos comprometidos a avanzar hacia el intercambio permanente de información sobre nuestros regímenes nacionales de comercio, incluyendo la base legal, los procedimientos de importación, las medidas sanitarias y fitosanitarias, los requisitos medioambientales y las normas relacionadas con la inversión.
Porque es preciso que nuestros empresarios, abogados, servidores públicos e inversores privados conozcan las reglas de juego y puedan, así, participar en emprendimientos comerciales con la suficiente certeza y seguridad.
El gobierno dominicano se compromete a hacer todos los esfuerzos necesarios  para cooperar con la formalización del comercio entre República Dominicana y Haití, incluyendo la ayuda en la implementación y aplicación de los aranceles vigentes.
Sin embargo, creemos que es de igual importancia que el gobierno haitiano se comprometa a eliminar de inmediato las actuales prohibiciones de productos. En las relaciones entre países amigos, las barreras físicas al comercio no deberían existir salvo por razones muy excepcionales, como la seguridad nacional. Las actuales prohibiciones solo han llevado a incrementar el comercio informal y a crear desventajas competitivas. Hay evidencias de que productos cuyo paso por la frontera está prohibido, están siendo, sin embargo, permitidos por los puertos haitianos. Entendemos que no hay razones para que el trato por la frontera sea distinto que el de los puertos marítimos.
De igual forma, debemos trabajar para una mayor armonización arancelaria de los impuestos aduanales en ambos países. O, al menos, para evitar diferencias demasiado grandes, que constituyan un fuerte estímulo al contrabando.
Con una frontera común, es muy difícil tener aranceles tan distantes para bienes similares, con 0% de un lado de la frontera, conviviendo con tasas de 20, 30 o hasta 40% del otro. En tal sentido, proponemos la creación de una mesa comercial en la que ambas naciones nos sentemos a tomar las medidas necesarias para lograr esta adecuación.
Nuestro objetivo es finalizar el encuentro de hoy con la firma de un amplio acuerdo en materia comercial que nos permita dar un importante impulso a nuestras relaciones comerciales.
Nos complace, además, contar nuevamente en esta reunión con representantes del sector privado de ambos países, que también han seguido avanzando en sus conversaciones en estos meses. Desde ambos gobiernos saludamos y apoyamos las iniciativas de trabajo conjunto que están llevando a cabo.
Amigas y amigos,
Otro campo de vital importancia para ambas naciones en el que hemos logrado importantes acuerdos es el de la seguridad pública.
Y me gustaría en este punto felicitar los esfuerzos realizados porque, de hecho, la colaboración establecida en estos meses ya está dando resultados concretos en la lucha contra el crimen organizado.
Por otra parte, no podemos permitir que el solo hecho de alcanzar la frontera logre la impunidad para los prófugos haitianos o los dominicanos. Es nuestro deber dotarnos de los instrumentos legales que sean necesarios para detener a los criminales a ambos lados de la frontera y entregarlos a las autoridades del país que los esté reclamando.
Por tanto, ambos países hemos expresado el interés de concretar un tratado de extradición. Esto es, establecer un mecanismo para que los criminales que han evadido su captura puedan ser perseguidos y sometidos a la acción de la justicia en ambos países.
De la misma forma, estamos buscando mecanismos que nos permitan comparar datos biométricos entre las autoridades de justicia y seguridad de ambos países, así como la revisión del actual Protocolo de Repatriaciones.
Señoras y señores,
No debemos dejar pasar esta oportunidad para informar sobre los avances alcanzados en un tema que anteriormente hemos abordado en esta mesa y sobre el que tenemos buenas noticias. Me refiero a la regulación de los flujos migratorios.
En primer lugar, debemos recordar que, tal como fue nuestro compromiso desde la primera reunión, la República Dominicana ha hecho un esfuerzo  sin precedentes por el ordenamiento y la debida documentación de toda la población que habita en nuestro territorio.
El gobierno dominicano ha actuado con decisión, con firmeza y al mismo tiempo buscando el  consenso en todas nuestras decisiones. Y esto nos ha permitido cumplir con los dos compromisos principales que realizó nuestro Presidente. Por una parte, poner en marcha el plan de regularización para personas en situación migratoria irregular y, por otra, ofrecer una solución humanitaria a las personas nacidas en la República Dominicana de padres extranjeros en situación irregular.
Paralelamente, avanzamos también en diferentes medidas para reforzar la seguridad en la frontera, entre las que se incluyen el despliegue de 900 efectivos militares más, y se adquirieron 50 motocicletas, 10 four-wheel, 20 camionetas y 3 camiones. Además, hemos puesto en marcha otros esfuerzos enfocados a combatir los abusos y la corrupción en el corredor fronterizo, que perjudican tanto al pueblo dominicano como al haitiano.
Señoras y señores,
El Gobierno de Danilo Medina se caracteriza por respaldar sus ideas con hechos concretos, más que con discursos inflamados. Y si hablamos de soberanía nacional, este conjunto de iniciativas para la identificación, regularización y ordenamiento migratorio constituyen, en la práctica, la mayor defensa de la soberanía dominicana que se haya llevado a cabo en toda nuestra historia.
Porque nada contribuye más a salvaguardar nuestra patria que el fortalecimiento de nuestras instituciones y nuestras leyes. Y ese ha sido nuestro objetivo desde el primer día. Hacer valer, de una vez por todas, la ley y el Estado de Derecho en el conjunto de nuestro territorio; de la misma manera que el gobierno haitiano tiene el derecho y el deber de preservarlos en el suyo.
En paralelo con estos avances, celebramos la iniciativa del gobierno de Haití, que ha iniciado un programa de documentación masiva, que incluye la dotación de pasaporte a sus nacionales.
En las reuniones mantenidas por nuestros equipos técnicos tuvimos ocasión de conocer en detalle ese plan de documentación y de establecer el apoyo que precisarán de nosotros en sus diferentes fases y que, por supuesto, estamos dispuestos a ofrecerles.
La idea es unir los esfuerzos con los de diferentes organizaciones religiosas, humanitarias y de base territorial, para llegar a las comunidades con mayor cantidad de nacionales haitianos en territorio dominicano y así dotarlos de la debida documentación.  
Este es un factor esencial para que todos los hombres y mujeres de Haití puedan disfrutar plenamente de los derechos que otorga la identidad jurídica, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
Entendemos que la correcta documentación de los ciudadanos haitianos es un paso indispensable y complementario con el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros en condición migratoria irregular, que iniciamos hace unas cinco semanas con gran entusiasmo y participación.
Tanto el Plan de Regularización, como la Ley Especial 169-14, cuyo reglamento está a punto de implementarse, muestran la seriedad y el compromiso del Gobierno Dominicano por ampliar la cobertura que el Estado de Derecho da a todas las personas que viven en nuestro territorio.
Por otra parte, ambos países estamos de acuerdo en tomar medidas conjuntas en torno al cruce de nuestras fronteras por parte de niños, niñas y adolescentes, para la mejor protección de los derechos de estos menores.
Amigos y amigas,
Para garantizar la continuidad de este proceso de diálogo, la República Dominicana desea reiterar su interés de que, en adelante, la Comisión Mixta Bilateral asuma el seguimiento de esa agenda y la impulse de manera sistemática.
Es nuestro deseo, y entendemos que también el de la República de Haití, que esta Comisión salga de aquí con el mandato político claro de hacer avanzar el proceso de diálogo.
Es del máximo interés para ambos países que la agenda priorizada que nos hemos trazado se implemente y siga dando resultados. Por lo tanto, considero que debemos comprometernos desde hoy a dotar a esta comisión de la capacidad de acción y decisión que necesita.
Y para que puedan cumplir con esa misión, en primer lugar consideramos que es fundamental contar con personal técnico permanente para estas funciones. Debe designarse un equipo profesionalizado y estable de funcionarios de ambos países, que asuman de forma permanente la operatividad de la Comisión y su funcionamiento.
Por otra parte, y para asegurar que logramos avances sustantivos, consideramos que los miembros que componen esta mesa de Alto Nivel deben continuar dando apoyo a la Comisión Mixta Bilateral, para impulsar la toma de decisiones allí donde los equipos técnicos puedan encontrar limitaciones.
En adelante, sugerimos que esta comisión establezca un cronograma para las reuniones técnicas, así como una metodología para la incorporación de nuevos temas a la agenda y para la evaluación de los acuerdos alcanzados. Estaremos siempre atentos a esa agenda y apoyando sus esfuerzos.
Amigas y amigos,
Cuando han pasado ya siete meses desde que, ante el escepticismo de muchos, nos sentamos por primera vez a esta mesa, no quiero concluir esta intervención sin hacer una breve reflexión sobre la trascendencia de estos encuentros y la importancia que tienen para ambas naciones que esta agenda de cooperación mutua continúe.
No creo estar exagerando si digo que en estos siete meses de conversaciones nuestras relaciones bilaterales han avanzado más que en los últimos 50 años.  Y, aunque nos alegra que este gran paso haya sido posible ahora, también nos entristece pensar en todo el tiempo perdido.
¿Cuánto más no se habrían beneficiado nuestros pueblos durante las últimas décadas si nuestras élites hubieran sido capaces de hablar en términos de buena vecindad en lugar de encender la llama del odio y el desprecio al otro?
¿Cuánto hubiéramos logrado desde el respeto y el diálogo que nunca hemos conseguido desde el orgullo vacío y la intolerancia?
Amigos y amigas,
Aquí no hay espacio para la ingenuidad. Sabemos muy bien que entre la República Dominicana y Haití existe una larga historia de desencuentros, malentendidos y querellas que han terminado creando, en cada uno de nuestros países, una imagen distorsionada del otro.
Estas imágenes distorsionadas y, porqué no decirlo, a menudo completamente falsas, han sido utilizadas frecuentemente y de forma deliberada por viejas élites que, a ambos lados de la frontera, han tenido intereses en la confrontación. Élites que siempre han temido que la colaboración y la solidaridad afectaran a sus privilegios y que, para impedirlo, han instrumentado los temores y los odios que nutren este desencuentro.
Esos viejos prejuicios constituyen una herencia que, lamentablemente, sigue ejerciendo poder sobre nosotros y nubla nuestra visión. Sin embargo, es hora de comprender que ese legado ya no nos pertenece y no debe lastrar nuestro presente por más tiempo.
Si mantenemos vivas esas disputas, corremos el riesgo de sacrificar los intereses reales de nuestros pueblos en el presente, por los agravios narrados en nuestros libros de historia.
Y no digo esto como una simple reflexión romántica, no se equivoquen. Lo digo desde el pragmatismo, porque es muy sencillo demostrar en términos económicos y sociales las consecuencias nefastas que han supuesto esos prejuicios.
La verdad objetiva es que la política de odio sembrada en el pasado ha tenido un costo elevadísimo para esta isla, a ambos lados de la frontera, tanto en términos humanos como materiales.
Es cierto, señoras y señores, nuestro pasado es importante, nuestros recuerdos son importantes y son una parte de nuestra identidad, pero no pueden ser toda nuestra identidad. No tienen por qué condicionar nuestro presente, ni nuestro futuro.
Nuestro futuro puede ser muy diferente, puede ser mucho mejor, y es nuestra responsabilidad que así sea. Pero para lograrlo debemos limpiar nuestra mirada de pasado y observarnos nuevamente desde la esperanza, desde la confianza y desde el respeto mutuos.
Ya lo dijo Nelson Mandela, cito: “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, su origen, o su religión. El odio se aprende. Y si son capaces de aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar.” Termina la cita.
Y ejemplos no faltan. En todo el mundo hay países que han sabido dejar atrás lo peor de su pasado, para centrarse en construir el futuro que quieren para sus hijos. El mejor ejemplo de eso es precisamente Sudáfrica.
Pero, ¿por dónde empezar? ¿Hacia dónde daremos ese primer paso que nos aparte de esos miedos y nos lleve en una nueva dirección?
Para hallar la respuesta, solo tenemos que mirar a lo que tenemos más cerca. A nuestros propios pueblos. A las necesidades que nuestra gente padece en su día a día y en las esperanzas que les mueven a seguir luchando.  
En ambas naciones hay millones de personas que quieren más desarrollo, más educación, más salud, más seguridad, mejores trabajos y más oportunidades.
A lo largo de cientos de kilómetros de frontera, nuestras naciones comparten las cuencas de varios ríos y un mismo ecosistema del que dependen nuestras cosechas. Intercambiando mercancías de un lado a otro de esta frontera hacemos crecer nuestras economías y creamos puestos de empleo.
Compartimos también los retos que nos plantean amenazas que no conocen de fronteras, como son los desastres naturales, las epidemias, o el crimen organizado.
Todas estas necesidades, estos retos y estas esperanzas constituyen, para nuestros Gobiernos,  un mandato ineludible de pasar a la acción.
Constituyen también la hoja de ruta de este diálogo histórico que hoy nos reúne aquí. Nuestros pueblos tienen tanta necesidad de cooperar entre sí, que en buena medida nuestra agenda ya está hecha. Nuestro trabajo es facilitar esta necesidad de cooperación, y es un trabajo que debemos tomarnos muy en serio.
Como habrán visto, en los últimos meses hemos logrado acuerdos significativos precisamente en todas estas áreas. Hablo de los acuerdos logrados en materia de agricultura, aduanas, salud, seguridad, protección del medioambiente, promoción del turismo y fomento del comercio.
De la misma forma, en el marco de este nuevo diálogo entre nuestros países hemos visto surgir otros acuerdos, como el firmado entre el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y la Oficina Nacional Haitiana de Aviación Civil, que se han comprometido a continuar mejorando la cooperación y la asistencia técnica relacionada con la coordinación para la provisión de Servicios de Tránsito Aéreo entre ambos Estados.
Poco a poco, los resultados empiezan a hablar por sí mismos y vamos sumando voluntades, abriendo espacios y cerrando heridas.
Y así continuaremos avanzando, hacia otra áreas de colaboración, como la justicia, el fomento a las Mipymes, el transporte, la seguridad alimentaria, la cultura, el deporte y el combate a la pobreza.
Creemos y defendemos una República Dominicana cada vez más fuerte, soberana e independiente, de la misma forma en que Haití defiende su fortaleza, independencia y soberanía. Ese es nuestro deseo. Dos naciones libres, capaces de dar respuesta a las necesidades de sus pueblos y de colaborar en buena vecindad.
Y en ese camino por el desarrollo y el fortalecimiento de las capacidades de cada una de nuestras naciones nos gustaría contar con la comunidad internacional. No para mediatizar nuestras relaciones, sino para apoyar con medidas concretas nuestro fortalecimiento institucional y reforzar nuestro desarrollo, nuestra independencia y  nuestras capacidades propias.
La República Dominicana cree profundamente en la solidaridad entre los países, especialmente cuando se expresa con acciones concretas y ayuda oportuna.
Instamos, por tanto, a los países desarrollados y organismos internacionales a que respalden sus declaraciones con acciones concretas en favor de nuestros esfuerzos por el desarrollo, con el mismo entusiasmo que han mostrado en sus pronunciamientos durante los últimos meses.
Amigas y amigos,
Comienza una nueva era en las relaciones dominico-haitianas. Una era de entendimiento y cooperación mutua, que traerá más bienestar y más progreso a ambas naciones. No les quepa duda.
Confiemos en nosotros mismos, en nuestra capacidad para avanzar juntos por este camino. Ya hemos demostrado, en estos 7 meses, que somos capaces de superar grandes obstáculos. Y no olvidemos que, si bien es verdad que en nuestro pasado hay mucho que dejar atrás, también es cierto que hay en él muchas lecciones inspiradoras.
Ya en 1943, en un momento de dictaduras y exilio, el maestro Juan Bosch volvía la vista a la situación de estas dos naciones, en aquel momento enfrentadas, y encontraba motivos para la esperanza cuando escribía, cito:
"Nuestro deber es, ahora, luchar por la libertad de nuestro pueblo dominicano y luchar por la libertad del pueblo haitiano. Cuando de aquél y de este lado de la frontera, los hombres tengan casa, libros, medicinas, ropa, alimentos en abundancia; cuando seamos todos, haitianos y dominicanos, ricos y cultos y sanos, no habrá pugnas entre los hijos de Duarte y de Toussaint..." fin de la cita.
Amigos y amigas, no olvidemos las palabras del maestro Bosch y recordemos siempre que el odio es estéril, mientras que el amor y el respeto fructifican.
No olvidemos que los libros de historia que leerán nuestros hijos y nietos se escribirán con el fruto de nuestras acciones. Este es el momento de asegurarnos de que esas páginas nos llenarán de orgullo y alegría.
Muchas gracias